
Cada empresa debe mitigar los riesgos que existen frente a la vulnerabilidad de su información interna, para esto se deben adoptar procesos de ciberseguridad que garanticen la privacidad e integridad informática ante los ataques en los que se pueden ver enfrentados.

La tecnología nos ha traído a una nueva era digital, la cual nos ha ayudado al desarrollo económico, cultural, social, educativo, etc.. Sin embargo, también se incrementan los riesgos de ser víctima de un ciberataque o ataque tecnológico que ponga en riesgo la información de la organización, el robo de contraseñas e incluso el mal manejo de los datos personales de los clientes. Es por esto que se deben utilizar los tres pilares de la información, los cuales son:
- La integridad: Esto hace referencia a la manera correcta, libre y segura de manejar los datos e información de los clientes, esto teniendo en cuenta las alteraciones malintencionadas que se quieran hacer al sistema informático como puede ser la modificación de un informe de venta.
- La confidencialidad: Es importante asegurarle a cada cliente el uso adecuado y confidencial de los datos que nos suministra, con la seguridad de que será accesible únicamente al personal autorizado y con fines organizacionales.
- La disponibilidad: Este pilar alude al hecho de contar con la información cuando la necesitemos. Esto se tiene en cuenta frente a los daños que implicaría tanto para la organización como para el empleado una caída total del sistema.
¿Cómo proteger la información empresarial de ataques cibernéticos?
Teniendo en cuenta las dimensiones en las cuales es partícipe la seguridad de información organizacional, también es importante conocer las medidas que se pueden adoptar con la intención de evitar ataques, estas son conocidas como salvaguardas por el Instituto Nacional de Ciberseguridad -INCIBE-, como por ejemplo:
- Sacar copias de seguridad de manera automatizada. Cada empresa, dependiendo su tamaño y la necesidad que presente puede elegir dentro de los diferentes mecanismos para respaldar y almacenar la información, ya sea en USBs y discos duros portátiles, Cintas de seguridad, Discos duros de equipos específicos, Soportes físicos como DVD o CD o almacenamiento en La Nube.
- No abrir correos sin verificar su veracidad, esto debido a que el link puede remitir a un virus o un acceso incontrolable que afecte la información del ordenador.
- Clasificar la información por cada área, ya sea recursos humanos, proveedores, marketing, clientes, contabilidad, etc…
- Fijar qué personas tienen acceso a cada tipo de información, con el fin de impartir medidas concretas que establezcan principios fundamentales frente a los datos a los que cuenta cada área o departamento.
- Revisar periódicamente que los permisos concedidos son adecuados, haciendo énfasis en los usuarios cuyos accesos han sido eliminados o modificados.
- Prestar especial atención a los servicios accesibles desde el exterior, como el uso del correo electrónico corporativo desde fuera de la empresa o el acceso de usuarios a nuestra infraestructura a través de VPN (red privada virtual).
Las organizaciones teniendo como referencia sus necesidades deben adoptar los mecanismos que faciliten su labor y la seguridad de su empresa, clientes y empleados para salvaguardar cada dato suministrado. Las medidas también son acordes a los sistemas que buscan proteger y las posibles amenazas a las cuales se exponen.